Salvar la vida de los recién nacidos, la misión de la unidad neonatal del Hospital Universitario San Jorge

En los últimos años los indicadores de fallecimientos de niños prematuros y con problemas al momento de nacer se han disminuido de manera significativa, gracias a la Unidad de Neonatología del Hospital Universitario San Jorge de Pereira, la cual cuenta con un calificado grupo humano y equipos biomédicos de la más avanzada tecnología que la ubican como la más importante del Eje Cafetero.

La unidad dispone de 37 camas distribuidas en tres salas: cuidados intensivos con 13 camas, cuidados intermedios con 12 y cuidado básico con otras 12. En las áreas de cuidado intermedio e intensivo todas las incubadoras cuentan con monitoreo intensivo, un ventilador por cada cupo, además de fonendoscopios, bombas de infusión que requieren los pacientes, ventiladores con tecnología de alta frecuencia y un equipo de hipotermia cerebral para pacientes que nacen asfixiados.
En cuanto al equipo humano, cada sala cuenta una enfermera jefe que maneja en promedio 13 pacientes, dos auxiliares en cuidados intensivos que responsables de un promedio seis a siete pacientes, un terapeuta respiratorio para toda la unidad, un fonoaudiólogo y profesional en terapia física. Así mismo, el apoyo de otros profesionales, como audiometría por medio de fonoaudiología y todas las subespecialidades como nefrología pediátrica, cardiología pediátrica, neumología pediátrica e infectología pediátrica.
“Esto nos ha brindado una excelente experiencia y un crecimiento bastante importante en esta área donde hemos logrado tener unos indicadores muy buenos en los últimos años, lo que nos ha permitido salvar muchas vidas a niños de nuestra región, tanto del Eje Cafetero como de departamentos vecinos. Es un orgullo para nosotros mantener esta unidad neonatal en esos excelentes niveles y estándares de calidad”, precisó el gerente del Hospital San Jorge, Javier Alejandro Gaviria Murillo.
La Unidad de Neonatología, que cuenta con el cupo más amplio dentro de las instituciones públicas de la región, recibe pacientes del Chocó, el norte del Valle del Cauca, así como todos los municipios de Risaralda y algunos del Quindío y del Tolima. En el caso de Risaralda los municipios que más remiten pacientes son Dosquebradas, Mistrató, Apía y Santuario.
El doctor Julián Grajales, médico neonatólogo, indica que en cuanto a egresos de atención de niños esta unidad tiene un promedio de 1.300 a 1.400 por año y destacó que mientras en el 2021 el número de recién nacidos fallecidos que egresaban de la sala era de 97, en el 2022 esa cifra bajó a 57 y en los siete meses corridos de este año (enero a julio) apenas van 10 decesos.
“La UCI Neonatal mejora la supervivencia en cualquier región ya que la tasa de partos prematuros se está incrementando cada vez más, actualmente el promedio es del 10% y va en aumento. El apoyo que brinda una unidad para nacimientos que tiene dificultades por enfermedades maternas y placentarias, problemas de trabajo de parto y partos prematuros es permitir la supervivencia de estos bebés”, explicó el doctor Grajales.
Al precisar que en el Hospital San Jorge la supervivencia de los niños prematuros está por encima de 24 semanas y 500 gramos de peso, indicó que en la Unidad de Neonatología se está trabajando de manera muy profesional para garantizar la supervivencia de los bebés y para disminuir la cantidad de fallecimientos.
“Básicamente se trata de un trabajo del equipo en cuanto a poder adherirse a principios básicos del cuidado neonatal y la mayor acción la sido en seguridad disminuyendo notoriamente las infecciones asociadas a los cuidados de la salud y dentro de ellas la enterocolitis. También se han implementado acciones en humanización de la atención y en calidad desde el punto de vista administrativo y esperamos que siga siendo un trabajo progresivo”, anotó.
En este sentido explicó que se ha empezado a aplicar otros principios básicos del cuidado neonatal como es iniciar el Programa Canguro a más temprana edad, el cual comienza ahora desde que el paciente esté estable y que no esté bajo ventilación mecánica ni tenga goteos o nutrición parenteral. A estos pacientes se les presta un mayor cuidado de la termorregulación y un inicio de succión no nutritiva desde fases tempranas con lo que se logra que llegada la semana 34 se pueda iniciar sin mucho retraso la succión nutritiva de tal manera que cuando ya el paciente alcanza los 1.800 gramos ya está succionando y de ahí en adelante está casi que listo para que siga en el Programa Canguro extrahospitalario.
Agregó el doctor Grajales que “esto ha humanizado más el manejo del recién nacido, ha producido un mejor bienestar en las familias y ha integrado más todo lo que se tiene que hacer en desarrollo psicomotor del recién nacido y en lactancia materna”.